Si tuviera que buscar mi corazón de profesora, tras tantos años de ejercicio docente sin lugar a dudas me iría hasta el Barrio Obrero de Loma Verde en donde aprendí a lidiar con mis alumnos de la E.E.M.Nº 6
Porque allí quedaron atrapados mis recuerdos.
Los mejores recuerdos , los más gratificantes que viví mientras me ganaba el sueldo de docente secundaria entre los ires y venires de una comunidad solidaria , no perfecta pero si comprensiva , cariñosa, con un sentimiento de hermandad y respeto que se adhirieron a mi corazón y que lo condicionaron a regresar cada vez que he tratado de recordar los momentos más felices vividos en el aula y en la escuela secundaria
Allí quedaron para siempre Ramón y María Delia y Mónica y María Rosa y Patricia y la querida y entrañable Elida Carruego y tantos otros compañeros y compañeras cuyos nombres siguen conmigo y estarán por siempre en mi Memoria.
Elida era habitante del Barrio y siempre entre turno y turno nos corríamos hasta su casa para tomar unos mates antes de volver a emprender la tarea educativa y estar con las pilas cargadas para trabajar con los alumnos del turno tarde que a diferencia de los del turno mañana eran más revoltosos.
Mi compañera de ruta y de sabores y sinsabores que yo, desde el rol de profesora y ella desde el de Preceptora caminamos para llevar adelante lo que a ambas nos identificaba y que era el sentimiento de solidaridad para con cada uno de los tantos alumnos que estuvieron a mi cargo y de quienes ella fue la preceptora.
¿Qué hubo tiempos difíciles y situaciones tirantes?
Claro que si, pero las cosas allí en ese ámbito se resolvían como deben resolverse las situaciones .
Por medio del diálogo y no de la delación y la injuria.
Tan común como proceder en el ambiente educativo, especialmente el de Educación Secundaria de quien yo sostengo fue mientras ejercí la docencia:”Tierra de nadie” y al mismo tiempo la tierra de los que al no tener trabajo lo hallaban en la escuela secundaria.
Los mejores recuerdos que iré desgranando ahora que dispongo de todo el tiempo para revivirlos y sacarlos de ese lugar en el que quedaron dormitando.
Cuando dábamos clases en la Sociedad de Fomento del Barrio , junto al arroyo .
Con mosquitos y con tablones separándonos a profesores y alumnos de distintos cursos.
Cuando nos reíamos de Ramón que se dormitaba en su auto mientras esperaba terminaran las clases en la escuela primaria Nº 17 con la que compartíamos el edificio mientras nos edificaban el propio.
Cuando haciendo derivación de matrícula en la Secretaría de Inspección me llaman por teléfono desde la escuela para ponerme en aviso que la Inspectora Jefe Isabel de Garín se venía a la escuela con la Inspectora Mabel Castrillón con el propósito de cerrarnos cursos y por ende dejarnos sin trabajo.
Cuando a Ramón lo separaron del cargo por las acusaciones de un turro que lo tenía “entre ojos” y en una camionetita nos fuimos a La Plata a prestar declaración para ayudarlo a salir del quilombo inventado por el malparido que lo acusaba y al que los de la Superioridad le hacían caso dándole curso a las denuncias que este desgraciado efectuaba.
Cuando ese mal tipo llamado Jorge Levoratti se apareció en la escuela mientras yo daba clases de Pedagogía y entrando al curso me tomó del brazo e intentó sacarme porque pretendía dejara de atender a los alumnos para darle satisfacción a requerimientos ligados con otro establecimiento del que era Inspector y enfurecido ante mi negativa (fundamentadas las mismas en que no pensaba dejar al curso porque los alumnos eran mi responsabilidad y por otra parte porque no había sido citada por su “eminencia”) intentó desmerecerme ante los alumnos.
Para su sorpresa y para su desgracia se dio de cara y de culo con un alumnado del entonces 5to año Pedagógico que salieron en defensa de la profesora y lo abuchearon.
Y podría seguir.
Pero solo quería hacerles llegar en esta tarde de septiembre estos recuerdos.
Porque un día me fui de la E.E.M.Nº 6 de Loma Verde para nunca más volver.
La Reforma Educativa se hacía presente en el conurbano bonaerense y la E.G.B.Nº 6 de Adrogué ubicada a escasas cuadras de mi hogar me convencieron para dejar el establecimiento y relevar las horas para afectarlas a mi nuevo destino.
La peor equivocación y la más desastrosa de todas las decisiones que tomé en el transcurso de mi vida como profesora.
Pero, así son las cosas y así es la vida.
Jugué con las cartas que el destino me ofrecía y creyéndolas buenas levanté las cejas y le hice un guiño a la esperanza que se abría para mi futuro cerca de mis hijos y de mi casa.
Y perdí.
Pero , en fin, esa es otra historia.
(Volveremos a encontrarnos algún día, estoy segura)
Hasta la Victoria Siempre
AMÉN
Porque allí quedaron atrapados mis recuerdos.
Los mejores recuerdos , los más gratificantes que viví mientras me ganaba el sueldo de docente secundaria entre los ires y venires de una comunidad solidaria , no perfecta pero si comprensiva , cariñosa, con un sentimiento de hermandad y respeto que se adhirieron a mi corazón y que lo condicionaron a regresar cada vez que he tratado de recordar los momentos más felices vividos en el aula y en la escuela secundaria
Allí quedaron para siempre Ramón y María Delia y Mónica y María Rosa y Patricia y la querida y entrañable Elida Carruego y tantos otros compañeros y compañeras cuyos nombres siguen conmigo y estarán por siempre en mi Memoria.
Elida era habitante del Barrio y siempre entre turno y turno nos corríamos hasta su casa para tomar unos mates antes de volver a emprender la tarea educativa y estar con las pilas cargadas para trabajar con los alumnos del turno tarde que a diferencia de los del turno mañana eran más revoltosos.
Mi compañera de ruta y de sabores y sinsabores que yo, desde el rol de profesora y ella desde el de Preceptora caminamos para llevar adelante lo que a ambas nos identificaba y que era el sentimiento de solidaridad para con cada uno de los tantos alumnos que estuvieron a mi cargo y de quienes ella fue la preceptora.
¿Qué hubo tiempos difíciles y situaciones tirantes?
Claro que si, pero las cosas allí en ese ámbito se resolvían como deben resolverse las situaciones .
Por medio del diálogo y no de la delación y la injuria.
Tan común como proceder en el ambiente educativo, especialmente el de Educación Secundaria de quien yo sostengo fue mientras ejercí la docencia:”Tierra de nadie” y al mismo tiempo la tierra de los que al no tener trabajo lo hallaban en la escuela secundaria.
Los mejores recuerdos que iré desgranando ahora que dispongo de todo el tiempo para revivirlos y sacarlos de ese lugar en el que quedaron dormitando.
Cuando dábamos clases en la Sociedad de Fomento del Barrio , junto al arroyo .
Con mosquitos y con tablones separándonos a profesores y alumnos de distintos cursos.
Cuando nos reíamos de Ramón que se dormitaba en su auto mientras esperaba terminaran las clases en la escuela primaria Nº 17 con la que compartíamos el edificio mientras nos edificaban el propio.
Cuando haciendo derivación de matrícula en la Secretaría de Inspección me llaman por teléfono desde la escuela para ponerme en aviso que la Inspectora Jefe Isabel de Garín se venía a la escuela con la Inspectora Mabel Castrillón con el propósito de cerrarnos cursos y por ende dejarnos sin trabajo.
Cuando a Ramón lo separaron del cargo por las acusaciones de un turro que lo tenía “entre ojos” y en una camionetita nos fuimos a La Plata a prestar declaración para ayudarlo a salir del quilombo inventado por el malparido que lo acusaba y al que los de la Superioridad le hacían caso dándole curso a las denuncias que este desgraciado efectuaba.
Cuando ese mal tipo llamado Jorge Levoratti se apareció en la escuela mientras yo daba clases de Pedagogía y entrando al curso me tomó del brazo e intentó sacarme porque pretendía dejara de atender a los alumnos para darle satisfacción a requerimientos ligados con otro establecimiento del que era Inspector y enfurecido ante mi negativa (fundamentadas las mismas en que no pensaba dejar al curso porque los alumnos eran mi responsabilidad y por otra parte porque no había sido citada por su “eminencia”) intentó desmerecerme ante los alumnos.
Para su sorpresa y para su desgracia se dio de cara y de culo con un alumnado del entonces 5to año Pedagógico que salieron en defensa de la profesora y lo abuchearon.
Y podría seguir.
Pero solo quería hacerles llegar en esta tarde de septiembre estos recuerdos.
Porque un día me fui de la E.E.M.Nº 6 de Loma Verde para nunca más volver.
La Reforma Educativa se hacía presente en el conurbano bonaerense y la E.G.B.Nº 6 de Adrogué ubicada a escasas cuadras de mi hogar me convencieron para dejar el establecimiento y relevar las horas para afectarlas a mi nuevo destino.
La peor equivocación y la más desastrosa de todas las decisiones que tomé en el transcurso de mi vida como profesora.
Pero, así son las cosas y así es la vida.
Jugué con las cartas que el destino me ofrecía y creyéndolas buenas levanté las cejas y le hice un guiño a la esperanza que se abría para mi futuro cerca de mis hijos y de mi casa.
Y perdí.
Pero , en fin, esa es otra historia.
(Volveremos a encontrarnos algún día, estoy segura)
Hasta la Victoria Siempre
AMÉN
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