Nº 9
MAD(Movimiento Anual Docente) y discriminación.
Tenía que estar cerca de mis cuatro hijos para poder disfrutar ese milagro que era verlos crecer
Y no sentir ese sentimiento de “culpa” que suele acompañar a las mujeres cuando tenemos que dejar el hogar para ir a trabajar y aportar a la mesa familiar con el fruto de nuestro trabajo.
Del trabajo, no del acomodo.
Es difícil, al menos a mi se me hacía difícil el tener hijos en la primaria, en la secundaria y en la Universidad.
Ser madre de familia numerosa de un hogar sin hombre y trabajar y proveer la mesa familiar y los libros de estudio y los gastos que a todos nos suceden cuando traemos hijos al mundo.
¿Qué culpa tienen los hijos de lo que ocurre entre los miembros de una pareja que una vez fue y después dejó de ser?
Así que había conseguido por MAD(Movimiento Anual Docente) traslado a la Escuela de Educación Media Nº 12 de Adrogue.
Le decían la “Alcoholera” porque allí anteriormente había funcionado una destilería y llevaba el nombre del historiador”José Luis Romero”.
Corría el año 2002 y como Regente de Estudios especializada en área pedagógica y proyectos educativos me presenté en el establecimiento.
Pasaba a integrar el Equipo de Conducción del Establecimiento y al hacerlo desplazaba en el cargo a la Vicedirectora María Cristina De La Fuente.
Una acomodada, de las tantas que pululan en el Sistema Educativo de mi pueblo.
Y digo “acomodada” porque el establecimiento contaba con una Directora de nombre Ana Hernández Rubio y dos Vicedirectoras Ana María Guerra y la mencionada anteriormente.
El desplazamiento era inevitable.
Y en ley.
Yo no estaba robando a nadie y además mi título en Ciencias de la Educación me capacitaba para el desempeño del cargo.
Amén de mi “Curriculum” como asesora pedagógica , como profesora Universitaria como Asistente Educacional como profesora contratada en cursos de ascenso de la Escuela de Capacitación Directiva, como….
De nada valían los antecedentes profesionales de una “subversiva” de una ex –detenida que había estado en el pozo de Banfield y en el de Quilmes.
Portaba el estigma de ser una insurrecta y una subversiva que sacaba cagando con fundamentos no solo a los inspectores chupaculos sino a todo aquél que intentara hacerme repetir y multiplicar el discurso hegemónico que emanaba de las autoridades educativas.
Realmente me había olvidado de la cruz invisible(chismerío de pueblo) que me marcaba y señalaba como una “delincuente”.
Pero el Inspector Jorge Levoratti (luego premiado como Director de Polimodal) se encargaría no solo de molestarme, recordarme los “antecedentes, tornarme la vida imposible sino que además logró esa comunidad de malicia con las integrantes del Equipo de Conducción que siguiendo sus instructivos comenzaron con el hostigamiento.
En el año 2002 aún en las escuelas no se trabaja el tema de los desaparecidos y de los pozos y de lo acontecido durante la Dictadura militar.
El SILENCIO ERA SALUD en las aulas educativas de Adrogué y los profesores(muchos de ellos, no todos) eran DERECHOS Y HUMANOS.
De esos que cantaban el HIMNO A SARMIENTO y aplaudían la marcha “AVENIDA DE LAS CAMELIAS”
Así que ese día, el de mi presentación al establecimiento mis “compañeras” de equipo me ponen en conocimiento que ser una “subversiva” y “ex –detenida”determinaba que no podía compartir el mismo ámbito de trabajo.
Evitemos caer en las insanas costumbres que sabemos poseen los que “Por algo cayeron en manos de los milicos”.
Y ahí no mas ,como yo intentando no dar crédito a lo que estaba sucediendo solicitaba se hiciera por escrito lo que me comunicaban , una de las Vicedirectoras la de nombre y apellido María Cristina De La Fuente comenzó a labrar un acta y a comunicarse con Jefatura de Región a cuyo frente se encontraba entonces la Inspectora Isabel de Garín.
Gabriel Barros que actuaba como secretario de la mencionada Inspectora Jefe apoyó lo actuado por estas sinvergüenzas así que el escandalete que se armó en el despacho de Dirección motivó que las paredes de la Alcoholera comenzaran a temblar.
Así la cosa mientras me empujaban me destinaron un despacho en el que debía desempeñar mis funciones de Regente de Estudios.
Alejada de las integrantes del equipo educativo.
Para no contaminarlas.
Para no manchar con mis antecedentes el nombre de la escuela.
Y así comencé a trabajar impedida de ejercer mi profesión pues por órden de Levoratti me fueron restringidas mis funciones estatutarias por la Directora del Establecimiento
Situación que se llevó a cabo en presencia del profesorado del establecimiento.
Y así “LA PECERA” tal el nombre que se le daba al despacho con paredes de vidrio al que fui a parar fue testigo de todo lo que a partir de ese día comencé a vivenciar en el establecimiento.
Y que en otra ocasión les iré contando.
Porque vale la pena recordar que fianalmente lograron sacarme del cargo para acomodar a quien debía ser acomodada .
Pero esa es otra historia.
(Documentada cada palabra y cada hecho)
Hasta la Victoria Siempre
AMÉN
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