sábado, 9 de octubre de 2010

Memorias de una profesora "subversiva":Un angelito apodado Tita



Que suele pedir monedas a cambio de estampitas de San Expedito en los vagones del Quetrén Carreta de la Ex –línea Roca y con quien casi siempre me encuentro cuando voy a trabajar a las distintas escuelas en las que me gano la vida como profesora
Son encuentros casuales, son encuentros que siempre me dejan el sabor amargo de la injusticia .
Aparece así , de repente y recorre los vagones mientras te va dejando una estampita de San Expedito.
Siempre

Tita es menuda y es desenfadada y su cabello lleno de rulitos le da esa apariencia de niña terrible.

Tita es como un ángel de esos angelitos que suelen estar en las iglesias con sus alitas extendidas cerca del altar.

Cuando aparece en el vagón del tren con su armónica , su bolsita y sus estampitas de San Expedito es como una aparición para la que uno como ser humano que habita en la tierra no está preparado.

Porque Tita es como un milagro que se repite en cada viaje de ese recorrido sobre los rieles del Ferrocarril Roca hasta Constitución .

Un milagro de alegría en medio de la tristeza de ser una niña que en lugar de estar jugando está trabajando.

(Nadie organiza una Marcha para pedir por Tita y por todos los niños que como Tita viven en la inseguridad del hambre, de la desprotección y del desinterés de la sociedad)

Tita tiene ocho años y va a una escuela de las tantas escuelas que hay a lo largo del camino de margaritas que bordean los rieles por los que el Quetren se desliza.

¿Fuiste a la escuela Tita?

No te importa(me contesta)

Es así, desenfadada, atrevida y descortés.

Y me mira como sobrándome desde sus ocho años desesperados de desesperanza.

Ella no se da cuenta que sus ojos son ojos desesperanzados.

Yo me doy cuenta porque alguna vez supe lo que era la desesperanza.

(Detrás de las rejas de una celda de un Centro Clandestino yo conocí la desesperación de la desesperanza )

Algún día te voy a enseñar a tocar la armónica y vos me vas a enseñar a escribir poemas.

Y sigue con su armónica y sigue dejando estampitas en las manos de los pasajeros que están sentados en el suelo del vagón.

Sin pedir permiso se filtra como un rayito de luz entre el pasaje y recorre el vagón dejando las notas que se escapan de su armónica.

Y después pasa con la bolsita

Muchas gracias te dice Tita cuando le das unas monedas.

Sos un tacaño te dice Tita cuando no le das unas monedas.

Y si está de buen humor te ofrece rezarle a San Expedito para que te bendiga

Vamos, le dice Tita a un nenito chiquitito que también tiene una bolsita de arpillera y estampitas y mocos que le chorrean

El gendarme con cara de gendarme mira a los pasajeros.

Y la yuta se pasea acariciándose el bastón mientras bajan las bicicletas y detrás de las bicicletas los dueños de las bicicletas.

Seguramente la volveré a encontrar.

Como hoy(en que el destino que se empeñaba en desencontrarnos, nos encontró)

Como una aparición o como un angelito de esos que están con las alas abiertas en las Iglesias.

Así es Tita y así es el mundo que le ha tocado en la repartija impuesta por el destino.

Un mundo de muchos vagones-

Un mundo en el que la inseguridad que castiga a Tita y a tantos niñitos como Tita no merecen la convocatoria a una Marcha por parte de los curas y los rabinos y los monseñores y los políticos oportunistas y conspiradores.

Puta vida


Hasta la Victoria Siempre


AMÉN

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