sábado, 13 de noviembre de 2010
Memorias de una profesora "subversiva":Avenida de las camelias.
E. E. M. Nº 2 de Burzaco
Región Educativa Nº V
Distrito Alte Brown.
Esa mañana en el patio central (y mientras en el mástil la bandera ondeaba en el cielo celeste de marzo) el alumnado de la E. E. M. Nº 2 de Burzaco escuchaba a la profesora designada para pronunciar el discurso en el Acto de conmemoración del treinta aniversario del Golpe de Estado de 1976 la que, con esa cara de circunstancias con que suelen leer los discursos los profesores desgranaba sus palabras leyendo de una hoja (para dar cumplimiento a las órdenes emanadas de la Subsecretaría de Educación)
Hechos y acontecimientos desprovistos de sentimientos se sucedían como así también la enumeración de datos, fechas y sucesos como si lo que allí se conmemoraba no se tratara de una reflexión sobre los hechos ocurridos sino simplemente una repetición de lo que los libros de Historia relataban acerca de lo sucedido en nuestra Patria y en el que muchas y muchos de los presentes no disimulaban su rechazo a que el tema del genocidio y de la desaparición forzada de personas fuera tratado en las escuelas y con el alumnado.
Yo ya había sido advertida por la directora Stella Santoro que dejara de insistir con escribir en los temarios frases de homenajes a mis compañeras desaparecidas y se me habían rechazado sin fundamento alguno las propuestas que sobre el tema presentaba a las autoridades.
Es más ya había sido denunciada por algunas compañeras de introducir la política en el aula y llenar de ideologías las cabezas de los alumnos a mi cargo.
Situación esta que diera lugar a una investigación en la que la parte denunciante hubo de retractarse ante mi decidida voluntad de no dejar pasar la situación porque de hacerlo era dar lugar a que la MEMORIA fuera lesionada por quienes trabajando en situación de dependencia de la Dirección de Educación y Cultura de la pcia de Bs As insistían en desconocer y ocultar lo ocurrido durante la Dictadura Militar de 1976.
Como suele suceder o al menos como sucedió en este caso concreto, las profesoras Derechas y Humanas no solo gozaban del apoyo del Equipo de Conducción sino que además y sin mi conocimiento intentaban mi desplazamiento del cargo y de la escuela porque yo era lo que siempre he sido para la docencia de Almirante Brown , una profesora “subversiva”.
Un mal al que había que extirpar.
Eva Giai, Graciela Caserta y las integrantes del Equipo de Asistencia Escolar no dudaron en convertirse en simples buchonas y actuar como cómplices de la Directora del establecimiento firmando Actas y persiguiéndome por los pasillos poniéndome en evidencia ante los preceptores y personal auxiliar del establecimiento.
Pese a todo habíamos logrado con los cursos a mi cargo levantar la GALERÍA DE LA MEMORIA y divulgar los acontecimientos vividos en la Dictadura no solo en la escuela sino en el barrio a través de trabajos de campo y de encuestas y de investigaciones que realizábamos en la Plaza de Burzaco, en la Estación de trenes, en la Iglesia del lugar y en la Sede de inspectores.Se me había prohibido acercarme al lugar en el que se realizaba el acto, por cuanto la Directora del Establecimiento, Stella Santoro, consideraba que mi presencia en calidad de sobreviviente de los Centros de Detención y como EX –DETENIDA DESAPARECIDA podía provocar situaciones de tensión entre los profesoresNo era bien visto, por parte del personal de la escuela, la lectura y comentario en el aula de libros prohibidos durante la Dictadura militar.
Y menos aún eran aceptadas los debates abiertos y participativos que realizados en el Auditorio de la escuela lograba atraer a los alumnos de otros cursos.
Porque los alumnos participan si se los motiva a participar y preguntan si se les permite preguntar y debaten, cuestionan y sacan sus propias conclusiones si se les es permitido hablar, preguntar y cuestionar.Pero, para una profesora “subversiva” al igual que para sus señalados alumnos, todo era el doble esfuerzo de comenzar a construir nuevamente en cada encuentro lo destruido por manos anónimas que, no conformes con denunciar a la profesora, desprestigiaban a los alumnos y destruían lo que con sus manos y con su trabajo construían.Impedida de estar junto a mis alumnos en aquél treinta aniversario del GOLPE DE ESTADO queda como recuerdo de aquella amarga experiencia el frío que se iba pegando a mis huesos y a mis músculos a medida que llegaban los acordes de la Marcha “Avenida de las Camelias”.
La Marcha militar con que la Dictadura solía anunciar sus comunicados a la población.Vaya a saber quien quiso acompañar el acto con una Marcha que traía las imágenes de los nefastos genocidas , asesinos de 30.000 compañeros entre los cuales podían contarse docentes, alumnos, personal auxiliar y de servicio educativo .
No pude estar presente ese día para expresar mis vivencias .
Las que me habían sucedido y que no contaban los libros de historia.
Pero pude sentir la presencia de Nené, de la Popy, del Turco, del Ingeniero, de mi vecina de celda en el pozo, de Marta, de Claudio, de Luis y de tantos más que se positivamente se vinieron a estar a mi lado aquel día para susurrarme en el oído que siguiera pidiendo justicia y que siempre los recordara.
Pues mientras uno solo de los que habíamos sobrevivido los recordara habíamos ganado la lucha por la Justicia , por la Igualdad de Oportunidades y por un País para todos.
Como era el sueño, la utopía de quienes aquél 24 de marzo se acercaron a la escuela y estuvieron conmigo mientras la profesora encargada del discurso seguía con su discurso.
Vacío de contenidos.
Vacío de emociones
Y vacío de sentimientos.
Hasta la Victoria Siempre
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