jueves, 30 de diciembre de 2010

Memorias de una profesora "subversiva":"Con el delantal de maestra".




Un día me puse el delantal de maestra para trabajar en escuelas con tres turnos.
Yo trabajaba en el turno intermedio
Creía que todos éramos iguales (así me había enseñado mi viejo).
Después la vida me enseño que no todos éramos iguales, que no todos pensábamos igual, que no todos sentíamos igual, que no todos vivíamos igual, que no todos comíamos igual...
La vida me enseñó eso de la desigualdad.

Adiviné entonces que mi viejo era un utópico, un soñador y un hombre triste, muy triste.
Yo sabía ..
Yo sabía por que mi viejo era un hombre triste(pero eso queda para mi).

Cuando empecé a trabajar y me puse el delantal de maestra tuve que aprender muchas cosas que no me habían enseñado mientras estudiaba para ser maestra.
Cosas que mi primo más querido ya me había contado.
Tenía muchos primos, pero yo solo quería a este primo porque era como mi viejo.
Me entendía, me protegía y le gustaban las poesías y la música y de toda la música que le gustaba el Concierto para piano y orquesta Nº 1 de Federico Chopin era su preferido.
Tanto le gustaba que un día me regaló un disco de pasta con la grabación del concierto.
Para que me recuerdes.
Para que cuando lo escuches te acuerdes de tu primo Diego.
Pero también mi primo se fue un día.
Se fue para siempre de mi vida y de esta vida.

Pero yo ya había aprendido a no extrañar para seguir viviendo..
Yo ya había aprendido a caminar extrañando sin extrañar.
Había aprendido a engañar a la tristeza
Uno puede engañar a la tristeza.
Aprendí a engañar a la tristeza.
Así se fue construyendo mi vida y al parecer mi destino:
Destinada a extrañar.
Siempre, así.
Si comenzaba a extrañar solo me repetía una vez y otra vez: no extrañes.
Y no extrañaba.
Simple mi vida.
Simple los mandatos de mi vida.

Cuando fui maestra y me puse el delantal blanco..
Tuve que aprender a caminar con botas de goma porque las escuelas estaban en lugares que se llamaban “villas”...de la pobreza o de la miseria y si llovía las calles de tierra se volvían calles de barro.
Tuve que aprender a descubrir piojos de pulgas .
Los piojos en la cabeza de los chicos, las pulgas en los pisos de la escuela.
Tuve que aprender a entender que los niños a pesar de ser niños trabajaban y que a veces o generalmente no comían o si se desmayaban no era que estaban enfermos.
Simplemente estaban muertos de hambre y de frío(si por casualidad se desmayaban en invierno).

Y caminando la vida empecé a entender esto que los seres humanos llamamos vida.
Y en esto de lo que es la vida las cosas se complicaron cuando hablaba de las cosas que me había legado mi viejo.
Hablaba de la desigualdad, de la injusticia, de la protesta , de reclamar, de repudiar la tiranía....
Mi viejo era un utópico.
Siempre a destiempo de los tiempos.
Siempre en contra de los mandatos.
Nadie entendía a mi Viejo.
Yo lo entendía.
Mi viejo y mi primo:”ovejas negras de la familia”.
Con el tiempo no tardaron en recordarme que "De tal palo tal astilla"
Y fui entonces la oveja negra de la familia.
Por eso no tengo lazos de familia .
Repudiado mi viejo, repudiada su familia.
Aprendí a vivir sin lazos de familia...
Así hasta que formé mi propia familia
A la familia uno no la elige, así decía mi viejo.
Y lo decía para explicarme por que se había apartado de su familia.
En realidad él no se había apartado, su familia lo había apartado

Y trabajando en la escuela...

Y trabajando en la escuela ser amiga de los curas que llegaban con las naranjas ,bueno, eso ya era ser de izquierda.
Decir que el cura Mugica estaba de rechupete, eso ya era ser subversiva.
Hablar del Tercer Mundo eso ya era ser montonera.

Era entonces montonera, era rebelde, era subversiva, era zurda...
Eso era yo para las directoras de las escuelas y para las Inspectoras y para las carneras y para las chupamedias de las Directoras de las Inspectoras

Así mi vida docente.
Entre curas del tercer Mundo, entre libros de Paulo Freyre, entre piojos, entre pulgas, entre protestas y huelgas.
Entre compañeras alcahuetas y entre Directoras delatoras y entre Monseñores de La Plata que nos señalaban subversivos del órden impuesto por los dictadores que usurpando el poder de los legítimos elegidos por el pueblo comenzaban a teñir de sangre el suelo que pisaban mis pies.

martes, 21 de diciembre de 2010

Memorias de una profesora "subversiva":"Cuando era una niñita"







Nací una madrugada de otoño.
Hacía frío y nevaba el día en que vine al mundo y tuve una infancia como la tienen los niños de los pueblos crecidos entre las montañas.
Siempre al atardecer me entretenía mirando hacia la cordillera.
Y me encantaba presenciar el momento justo en que el sol se despedía de la tarde y despacito, entre colores amarillos y rosados se iba escondiendo.
Me quedaba ahí, mirando, adivinando hacia que lugar se iba el sol.
No me lo imaginaba durmiendo después de toda una tarde en el cielo.
No, me lo imaginaba caminando hacia otros pueblos, llevando su calor y sus colores de invierno, o de otoño o de primavera o verano.
Un andariego, un ciruja.
Como yo.

Después cuando ya no lo veía, entonces recién ahí dejaba de mirar hacia las montañas.
Era una extraña sensación la que me invadía porque empezaba a extrañar al sol que se había desaparecido detrás de la cima blanca de esos gigantes que formaban la Cordillera de Los Andes.
Siempre para mi, las cimas de las montañas se han parecido a las de aquél recuerdo de mi infancia, siempre .
Crecí en una provincia enclavada entre las montañas
El Zonda ,a veces desparramaba en el suelo los árboles que su fuerza poderosa arrancaba de cuajo.
Y quedaban patas arriba las raíces mirando al cielo y las ramas como desmayadas por el viento de la zona.
Entonces yo me paraba a mirar.
Miraba los árboles caídos y escuchaba a mi viejo que me decía que el zonda era un viento que vivía como un ermitaño, en una cueva y que a veces abandonaba la cueva y visitaba los pueblos cercanos a la montaña.
Siempre para mí los vientos se han parecido al Zonda y siempre sigo pensando que los vientos son como viejos solitarios que abandonan la cueva y visitan los pueblos cercanos al pueblo en el que estoy viviendo.
Siempre igual que cuando era una niña.

Tuve la suerte de tener amiguitos y amiguitas con los que jugaba siempre a la Payana, y al Ta,Te-Ti suerte para mi.
Era una niña sensible.
Amaba la música y como un abrojito mis pequeños dedos se prendían a las teclas blancas y negras practicando y practicando escalas y arpegios.
Tuve una profesora de piano que se llamaba Nenina.
Nenina fue un ángel de la guarda
En realidad fue mi ángel de la guarda.
Con Nenina tocábamos el piano a cuatro manos y el cronómetro marcaba el ritmo de las piezas musicales que preparábamos para rendir exámen en la Universidad Nacional de Cuyo.
Estudiaba seis horas por día en un piano vertical y de color negro Czrny,Chopin,Schuman,Bach Scarlatti,Lizt lograron que mis pequeños deditos adquirieran la agilidad necesaria para lograr la velocidad que el cronómetro marcaba
En el piano del colegio de monjas ejecutaba a Sacarlatti y las Krislerianas de Robert Schumann que arrancaban aplausos de la monjita María Adela que era quien me llevaba a rezarle a la virgen de la gruta que era una virgen que estaba en la gruta del Colegio de las”Esclavas del Corazón de Jesús” al que me enviaban para que me educaran
Tuve compañeritas muchas de ellas aún con el pasode los años viven en mi corazón.
Susana Moris que siempre ocupaba el primer lugar en el Cuadro de honor que se exponía en la entrada de la escuela.
YMaría Magdalena Frigerio y María Evelina Clement Muñoz en cuyo cumpleaños tomé mucha granadina, tanta que vomité y aún sigo vomitando si por casualidad huelo a granadina
Un día Nenina se enfermó y ya nunca más pudo hacer que sus dedos se deslizaran llevando las notas del pentagrama al piano.
Los padres de Nenina vendieron el piano
Para que no sufra.
La explicación que me dieron.

Siempre Nenina ha estado conmigo en los momentos en que he necesitado de la presencia de un ángel.
Siempre Nenina está conmigo cuando por casualidad mis dedos se deslizan como si tocaran sobre el teclado del piano.
Yo tambièn tuve que vender mi piano, pero no lo vendí porque un día tuve una enfermedad.
Lo vendí porque era necesario que lo vendiera.
El piano era mi vida y también mi sueño.
Pero tuve que venderlo
Ahora no quiero hablar sobre ese tema.
Otro día lo haré.

En la escuela primaria tuve una maestra que se llamaba Lidia Lescano y tenìa 18 años.
Siempre creí que todas las “señoritas “ eran como la señorita Lidia .
Pero, no todas las “señoritas” fueron como la “señorita” Lidia..
Otras “señoritas” se sucedieron en mi vida:
“La Jopuda” y “La Chana”son las que quedaron para siempre en los días de la primaria.
Cuando fui maestra quise ser como la señorita Lidia.
Ella fue “la señorita”.
Mi viejo que era amigo del general Perón siempre hablaba del “Pocho”
Como si el “Pocho” fuera su hermano más querido.
Cuando los dictadores se apropiaron del gobierno y lo derrocaron al”Pocho” yo era una pequeñita que vivía en Mendoza y de repente dejé de vivir en Mendoza para pasar a vivir en un hotelucho ubicado a la vuelta del Congreso de la Nación Argentina.
No entendía nada
Pero, presentía que algo terrible estaba sucediendo para dejar nuestra provincia y pasar a ser unos fugitivos.
Con el tiempo y cuando fui creciendo pudo entender que a quienes apoyaban a Peron los pasaban por las armas.
Como sucedió con Juan JoséValle y con los padres de otras niñas que viviendo en Adrogué sus padres fueron fusilados por ser parte de la resistencia peronista.
Terminé mi escuela primaria en la EscuelaNº 6 Manuel´Belgrano de Adrogué en la que fui abanderada y entre aplausos llevé la bandera Nacional para la fiesta del 9 de julio y me premiaron una redacción que mi pluma de ese entonces escribía sobre los sucesos que alteraban mi niñez y la hacían madurar antes de tiempo
Yo extrañaba a mi viejo porque no sabía en que lugar estaba. .
Después supe que se escondía para salvar la vida.
De tanto extrañarlo me enfermé.
Siempre me sigo enfermando cuando la tristeza me invade.
Aún con el paso de los años sigo extrañando el lugar del que fui arrancada sin poder despedirme de mis amiguitos y de mis maestras y de mi infancia.
Aún sigo mirando el cielo en los atardeceres y me sigo imaginando que las nubes son las montañas de Mendoza detrás de las que el sol se escondía
Y aún me sigo acordando de las Reinas de la Vendimia y de los carruseles y del Club de Gimnasi yEsgrima en el que mi viejo competía en florete y espada
Y aún me acuerdo de la Virgen de La Carrodilla y de Nuestra Señora del Cármen para cuya festividad las maestras nos hacían memorizar poesías que recitábamos en el templo de los curas Franciscanos.
Todavía
Aún
Siempre.

Hasta la Victoria Siempre

jueves, 16 de diciembre de 2010

Memorias de una profesora "subversiva": "Villa Lola " y Manuel Puig

Desde Adrogué el pueblito que huele a fresias y a jazmines y también a mierda






Hace tiempo, mucho tiempo en la casa de Teresa (la restauradora de muebles de Adrogué)las cámaras y los camarógrafos filmaban las escenas de “Boquitas pintadas”.

Corría el año 1974
La casa, una enorme casona con aljibe y rosedal y puerta de hierro y columnas era el lugar del que salía Leonor Manso moviendo el culo , porque la “Raba” era la mujer que tenía el culo parado como las gallinas.
Al menos ,después de tantos años, a mi que en ese momento de la filmación me había llevado hasta la puerta de la casona ese curiosidad por ver de cerca de Alfredo Alcón los recuerdos me devuelven a esos instantes de mi vida en la que se filmaba Boquitas Pintadas en la casa de Teresa mientras desaparecían compañeras y los secuestros estaban a la órden del día en las calles empedradas de Adrogué.

“Villa Lola” era entonces una casona con jazmines, rosedales , Santa Ritas y un aljibe .
Los cineastas siempre han tenido predilección por Adrogué, por sus casonas y casaquintas,.
Los escritores y los políticos siempre han elegido estos parajes para vivir, para pasear y aún para intentar el suicidio, como en el caso de Jorge Luis desilusionado de amor ante la indiferencia de Stella.
1974, Leonor Manso, Alfredo Alcón, Marta González y la Raba caminando por la vereda con el culo en punta.

Vaya si hay para contar cosas sobre Adrogué , vaya si hay momentos de la vida de este pueblo para volcar en papel y llevar muchos mensajes de los momentos que transcurren entre los atardeceres perfumados de azahares y las plazas y las calles teñidas de naranja o violeta(según las flores que caen de los árboles)y que esconde tantos prejuicios y vive de las apariencias.
Como en “Boquitas Pintadas”.

Han pasado los años, tantos años desde entonces que ya “Villa Lola” es una estación de COMBIS.
El progreso y los negocios suplantaron a los rosedales y a las Santa Rita y a esa mezcla de ripio y pasto que llegaba hasta la puerta de Villa Lola.
La casa de Teresa es ahora una estación de Combis en la que los que pueden pagar nueve pesos el viaje cambian el tren por este medio de transporte .

Un medio de transporte en el que no olerás a culo ni a churros ni a torta fritas.
Silencioso, cómodo aclimatado y cadencioso.
Al llegar a destino pagarás antes de bajarte y al regresar a tu hogar formarás la larga fila de los muchos que disponen de los nueve pesos por un viaje que te separará del resto de los mortales que apretujados en el quetren carreta llegarán a destino tan solo en veinte minutos y oliendo a churros y a panchos y a tortas fritas.
Es el progreso y es el no darse cuenta que la Combi se llevó lo que se llevan los negocios.
Se llevó la puerta de hierro y las Santa Rita y los rosales pero quedó el aljibe
Y pegado a los recuerdos de aquellos tiempos de Adrogué, ese olor a pintura y aguarrás y a esas sustancias que empleaba Teresa para realizar sus restauraciones
Porque Adrogué( el pueblo que huele a fresias y a jazmines y también a mierda) tiene esas cosas
Porque Adrogué es mucho más que un viaje en combi o un frustrado suicidio de un escritor enamorado .
Adrogué es también la COMISARÍA que fuera el más sangriento Centro Clandestino de Detención que funcionó durante los años 1976 y 1977.
Pero, los escritores no escriben sobre este tema.
Y los cineastas no filman sobre lo ocurrido durante la época represiva.
Entonces, mientras observo lo que quedó de Villa Lola, la casa en la que vivía Teresa no puedo más que sentir esa sensación de angustia al darme cuenta que Adrogué es como un mundo que sigue ocultando un pasado tenebroso.
Y que los escritores hacen mutis por el foro.
Y que los políticos se hacen los sordos como si no pudieran escuchar los reclamos de quienes insisten en pedirles que señalicen la COMISARÍA DE ADROGUÉ.
Para que se sepa lo ocurrido entre sus paredes.
Y para que deje de ser usada por ejemplo como lugar de exposición de cuadros de pintores y artistas de la zona.

Ha caído la noche y el quetren que viene de Burzaco pasa por la estación saludando a las campanitas azules que trepan sobre el alambrado que bordea las vías.
Mientras las Combis dejan ver su esqueleto blanco desplazándose por las calles teñidas de los colores de las flores que caen de los árboles arrastradas por el viento del verano.


Deliciosas criaturas perfumadas
Quiero el beso de sus boquitas pintadas….


Hasta la Victoria Siempre